Cuando okupan tu casa y no los puedes echar

05 Abr.- Este titular que parece sacado de una novela de ficción es real como la vida misma, por desgracia. Unos okupas se instalan ilegalmente en un piso de una pareja de ancianos aprovechando que esa vivienda estaba cerrada desde hacía un tiempo, éstos, alertados por los vecinos dieron aviso a la policía que, por desgracia nada pudo hacer.

Estos okupas ya habían intentado instalarse en esta vivienda en más de una ocasión pero sin fortuna, hasta que finalmente lo consiguieron. Los vecinos pudieron comprobar como un hombre y una mujer empezaron a sacar los enseres de la vivienda (destrozados) a la basura.

José Luis, hijo del matrimonio cuenta como cuando la pareja octogenaria llamó a la policía y ésta se presentó los okupas esgrimieron que habían pagado unos 700 € en concepto de alquiler y que aquello era su casa.

A pesar de que solo habían pasado 2 horas desde que habían roto la cerradura, no pudieron echarlos.

La pareja que se instaló ilegalmente en el inmueble se identificó como okupa, ganado la inmunidad a efectos legales. Nuestra legislación establece que se puede desalojar a cualquier okupa sin orden judicial siempre y cuando no hayan transcurrido más de 48 horas desde su ocupación. El problema de esta normativa es que si el okupa declara que lleva más de 2 días, la policía no puede proceder a la detención.

Se plantea entonces un problema adicional, ¿Cómo podemos demostrar que el indeseado inquilino lleva menos de 2 días instalado? En este caso, las pruebas testimoniales no sirvieron de nada, declara José Luis.

MADRE AL BORDE DEL INFARTO

Hay que ponerse en situación para empatizar con este matrimonio de 80 años de edad, que decidió cerrar su vivienda antes la indefensión legal que padecieron cuando años antes necesitaron varios meses para desalojar a unos inquilinos que no pagaban las rentas del alquiler. Ante esa indefensión decidieron cerrarla y no volver a alquilarla.

Pero resulta que casi es peor tenerla cerrada…sobre todo si es ocupada y ante la dificultad de que la justicia ordinaria pueda proceder a echarlos en un plazo corto de tiempo.

La mujer apenas duerme, tiene ansiedad y estuvo al borde del infarto por esta trágica situación vivida, lamenta José Luis.

LA SOLUCIÓN

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